Domingo por la tarde. El Sol comienza a caer, y el clima pesado que atormentó el día se va poco a poco. Acá, en el Parque Centenario, punto de unión entre Villa Crespo, Almagro y Caballito, la música, en especial el rock, siempre se hace presente con bandas que van a mostrar qué es lo que saben hacer. Entre tantos grupos que se hacen presente, muy pocas veces hay alguno que se destaca musicalmente. Hoy fue la excepción.
Si bien el viento levanta una cortina de tierra, no hay nada que arruinara la tarde. Los más de 30 grados centígrados se combaten con el tereré porteño: mate con Baggio de naranja, lo mejor. De fondo se empieza a escuchar música, pero todavía las ganas de pararse para ir ver no aparecen.
Los guardias del Parque avisan con sus silbatos que están cerrando las puertas. Ahora sí, es hora de la retirada. La música suena cada vez más fuerte y, la verdad, suena muy bien. Allá en la vereda, la gente reunida alrededor de un camión-escenario sobre la calle Patricias Argentinas, asintiendo con la cabeza por el ritmo de la batería.
Parece una banda sencilla, pero con temas poderosos, un sonido excelente y músicos que se complementan de manera compacta, como un muro de rock. El trapo a sus pies lo dice, son “La Belle Epóque”, la ascendente banda de Parque Patricios que está presentando su segundo disco alrededor de la Capital. “El escenario móvil es un invento hecho con nuestras propias manos, que nos permite llevar nuestra música por la ciudad”, dice en su página web.
Las horas de ensayo se notan desde un principio: los cortes, los arranques, todos los arreglos coordinados de manera casi perfecta. Los temas propios hacen que la gente se mueva, y más el único cover de la ya tarde-noche: Ruta 66, tocado con un estilo muy personal.
Último tema. El cantante dice: “Nos vamos a dar una vuelta”, y saca algunas sonrisas del público. Fin del show, pero las ganas de escuchar más de la “Belle” quedan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario